La última región enceguecía a los
muertos con niebla grisácea, de los cuales muchos se perdían, y tan solo se
escuchaban sus lamentos mientras se ahogaban entre nueve ríos, los nueve
afluentes del río Apanohuacalhuia,
los Chiconahuapán, los
nueve ríos de los nueve estados de la conciencia, en el 1) nivel, el muerto
estaría luchando constantemente por sobrevivir, reflexionar su existencia en
vida y observar cuánto debe batallar para sobrevivir y ver también cómo los
muertos están tratando de sobrevivir, ya que cuando eres capaz de ver el esfuerzo
de otros se valora y tu condición mejora, y pasa al 2) nivel, del cual tenía
que ver su condicionamiento, es como si actuara mecánicamente sin mente, sin
aplicar el pensamiento en lo que hace, a esto se le llama actuar sin mente.
De
ahí pasaba al 3) nivel, el deseo de importancia, donde se vienen los recuerdos
de los deseos mundanos en vida como el poder, el dominar al otro y si el otro
trata de dominarte, tu automáticamente tratas de dominarle, el muerto tenía que
darse cuenta que si no hubiera estado cegado con el poder, su vida hubiese sido
más prospera internamente, y se pierden las ansias de él ser importante, luego
pasa al 4) nivel, que es claridad, es cuando el difunto se da cuenta que
siempre alguien estuvo ahí por él y no lo tomó en cuenta, su mente se despejada
y se da cuenta que era muy claro lo que deseaba lograr en la vida, cuál era su
visión y su meta, hacia donde se dirigía en vida, mientras tus relaciones con
los demás están en orden, siendo un estado mental muy interno, una vez claro esto,
pudiese haber comenzado a lograr más cosas en vida y sentirse realizado en
vida, este era el desafío del 5) nivel de conciencia. En los primeros niveles
se pueden ver el orden interno y los segundos niveles se verían el orden
externo, una vez que lo lograba, ya estaría a medio camino de conseguir el
descanso anhelado. De ahí se llegaba al 6) nivel, que era sostenerse entre
otros, ayudarse mutuamente, ya que una vez una persona se vuelve exitosa, se da
cuenta que otros puede ir por la misma meta, y ayudar o pedir ayuda no impide
tu cometido sino te fortalece, cuando comienza a ayudar a otros, se pasa al 7)
nivel de conciencia que es fluir con la vida. Si no tuvo problemas en la vida,
no hubo quejas, y toma todo como viene y no ha resistencia en la siguiente
vida, una vez que se despierta a este estado pasa al 8) nivel, y el difunto
tendría un estado de plenitud, de conexión, se sentirá conectado finalmente con
todo lo sucedido en vida, con todo en la tierra, y con todo lo que le rodeó, de
ahí pasaba al 9) nivel, la unidad, donde no había división dentro o fuera, no
había existencia separada y el difunto era uno con todo, donde finalmente
dejaba de padecer. Tras una larga trayectoria de 4 años a través de las
regiones infernales, los muertos acababan y fenecían, liberando su alma, el
tonalli, logrando así el anhelado descanso ante la presencia del señor y señora
de la muerte Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl, regidores del inframundo
que les decían, Ha terminado tus penas, vete, pues, a dormir tu sueño
mortal. A través de los nueve infiernos del Mictlán, deambulaban una gran
multitud de personificaciones entre las regiones del inframundo. De entre ellas
estaba Miquiztetl (la
muerte), Miccapetlacalli (la
tumba), Nextepehua (las
cenizas), México (el
miedo), Xoaltentli (el
sueño), Necocyaotl (la
discordia), Téotlale (el
desierto)
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